¡La vida es una banda sonora!

Una frase que me acompaña muchas veces es la del título de este post: "mi vida es una banda sonora" y es que, ¿qué sería yo, qué serías tú sin música en tu vida? 

Seguro que muchos momentos importantes los tienes relacionados con una canción. La canción que sonaba cuando me dijeron que estaba embarazada, cuando di mi primer beso, en el baile el día de mi boda, cuando me dieron esa mala noticia... el caso es que es escuchar la melodía y nuestro cerebro por arte de magia nos traslada hasta ese momento, incluso sentimos las mismas emociones que cuando lo estábamos viviendo.  


La música es emoción



Siempre me costó expresar mis emociones, las sentía, pero no sabía cómo sacarlas fuera, mi propio cuerpo era como un muro infranqueable. Entonces la vida me puso una solución. Mi hermana iba a clases de guitarra y yo con 12 años se la quitaba a menudo porque me gustaba tocarla, aunque no tuviera ni idea, me gustaba sentir el vibrar de las cuerdas y el sonido que hacían. Viendo mi interés cuando cumplí 13 años mis padres me regalaron mi primera guitarra. Pobres vecinos. Y digo pobres porque desde que me la regalaron no pasó ni un día durante muchos años que no la sacara de la funda para tocar. Había descubierto mi forma de expresarme, con la música, con mi guitarra. La de cosas que le he contado a mi guitarra... 




Fue mi vía de escape en muchas ocasiones, por ello siempre le estaré agradecida a la música 
todo lo que me ha dado. 

Al estar tan unidas música y emoción debemos cuidar qué tipo de música escuchamos. 
Un investigador japonés, Masaru Emoto, hizo un estudio muy interesante con agua. Tomó muestras de una fuente de agua pura y, tras estudiarlas bajo el microscopio, a una muestra le puso música clásica y observó lo que le pasaba a su estructura. Las moléculas de agua adoptaron formas bellas y simétricas. Hizo lo mismo pero usando heavy metal y las moléculas se agruparon de forma caótica y fragmentada. 


El agua reacciona ante la música generando armonía o caos y te recuerdo que un 65% de nuestro cuerpo es agua... 




Vamos a hacer un experimento. Escucha con los ojos cerrados la canción que pongo a continuación y pon atención a las emociones que vienen a ti.




¿Qué has sentido? ¿Melancolía? ¿Calma? ¿Tristeza? ¿Ninguna de las anteriores? Todo es válido, el caso es identificar qué canciones tienen el poder de cambiar tu estado de ánimo para que las utilices como herramienta en momentos en que lo necesites.


Hoy es el Día Internacional de la Paz y como homenaje os dejo con una canción que comenzó Marta Gómez en 2014 que se titula "Para la Guerra Nada". Invitó a sus contactos de Facebook a escribir diferentes estrofas para que fuera una canción comunitaria y ya lleva más de 500...
Aquí tenéis una versión de Luis Guitarra y Carmen Sara Floriano, pensad que es una canción con vida que cada año crece con más y más estrofas.




Os recuerdo que podéis encontrame en Kelaia Bio Salamanca y que tenéis información de en qué os puedo ayudar en www.kelaiabio.com

Comentarios

Entradas populares de este blog

MÁS experiencias MENOS cosas

Y tú, ¿qué hermano eres?

Reiki a distancia